martes, 6 de marzo de 2007

NOTA A MOYA CANNON Y HARRY CLIFTON (poetas irlandenses), por Leonor Silvestri



(http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2006/12/02/u-01320044.htm)

De visita en Buenos Aires para participar de las Lecturas de Primavera que organizó La Casa de la Poesía y después de haber pasado previamente por el Festival Internacional de Poesía de Rosario, durante el mes de Octubre, los poetas irlandeses Moya Cannon y Harry Clifton, dos de las voces más interesantes de un país con una de las tradiciones más intensas y comprometidas en poesía y literatura, traídos por la embajada de la República de Irlanda y el Irish Literatura Exchange, dialogaron para Ñ acerca del arte de este género, que en nuestro país parece tener tantos cultores y lectores como detractores.
La modestia y humildad salta inmediatamente a la vista y por completo se entregan al juego de compartir sus ideas compositivas y el estado de la cuestión de la poesía en el mundo a pesar del sofocante calor de la primavera porteña.

¿En una ciudad que, como Buenos Aires, parece tener más gente que escribe poesía que lectores, me gustaría saber por qué comenzaron a escribir y por qué poesía?

M C: Fue un proceso natural: de la lectura pasé a la escritura. La poesía le dio sentido a mi vida durante un período especialmente difícil como docente de escuela media; me permitió resolver tensiones y liberar lo que tenía dentro. Veo este género como una expresión de mi interior. Pero, la decisión de escribir poesía tuvo que ver, además, con el hecho de que la prosa tiene una línea narrativa que no me siento en condiciones de sostener. Muy pocas personas escriben prosa y poesía igual de bien, Borges por ejemplo fue uno. De todas maneras, hay ciertas ideas, sobre todo las abstractas, que sólo pueden ser expresadas en la forma de poesía. Asimismo, hay bandadas de experiencias que pueden ser resueltas en la forma y la dimensión espiritual de un poema.
HC: Mi comienzo fue en los años 70, en la universidad, que en ese momento pasaba en Irlanda por un momento político muy complicado, debido a los conflictos con el Norte de Irlanda y el Reino Unido, pero por un momento poético excelente. Allí comencé a escribir algo que no era sólo una manifestación de lo privado o “escritura hormonal”; pegué entonces el salto y pasé de “la persona que escribe” a “escritor”, y pude relacionarme con algo que estaba por fuera de mí. Provengo de una familia de matemáticos, de hecho yo era muy bueno en matemática. Y por sorprendente que pueda parecer, siento que la poesía y la matemática están relacionadas, dado que ambas disciplinas permiten conectar dos elementos que no parecen estar conectados. Por otra parte, la poesía cuenta con una subjetividad que la prosa no tiene y que posibilita traducir experiencias a un poema con un tipo de mentalidad escrituraria que no está tan relacionada con la psicología del personaje.
MC: El traspaso de la experiencia humana abstracta a una forma y un género es lo que me permite afirmar que la poesía es altamente traducible, a diferencia de lo que suele creerse porque, desde algún punto de vista, es una especie de esperanto de las emociones.

Audre Lorde, la poeta y activista feminista lesbiana negra, sostiene que la poesía es el género literario menos burgués porque un poema que puede ser escritor incluso entre los turnos de trabajo en una fábrica., a diferencia de una novela que requiere gran cantidad de tiempo ocioso.

HC: Tengo problemas con el aspecto político de esa frase y sus implicancias de ver a la poesía como “Yo contra el sistema” que me parece a priori una formulación simplista.
MC: Yo también tengo mis reservas. La prosa parecería necesitar el tiempo ocioso de los burgueses del siglo XIX, pero como eso ya no existe y se escriben novelas con otros tiempos de producción, la novela como género entró en crisis. Esos centros, especialmente en EE.UU., que reproducen las condiciones de producción de una novela como en el siglo XIX están en crisis también porque recrean artificialmente un ambiente que no existe más.
HC: De hecho esas crisis tienen que ver con que en Europa hay demasiados novelistas y los editores no respaldan sus carreras. En cambio, pocos poetas piensan en su labor como una forma de ganarse la vida, mientras que los novelistas creen que hay posibilidades de que eso ocurra por mas sutil que sea la posibilidad.

¿Entonces la poesía es un género que está un poco por fuera del sistema puesto que nadie espera generar capital con ella, ni producir nada en términos de mercado, es decir una situación similar a la goliardesca medieval?

HC: Decir “por afuera” es diferente de “contra” el sistema, que es una noción que implica que uno se define en función de ese sistema, más que tratar de mantenerse al costado. De hecho, creo que podría definirse a un poeta por las decisiones de vida que ha tomado. Y aunque a muchos nos gustaría estar completamente por fuera del sistema, una porción nuestra siempre permanece dentro y está construida por él, incluso dependemos del sistema, del cual nos refugiamos amparándonos en las artes.
MC: La poesía posee de manera inmanente un aspecto crítico que le permite al espíritu humano expresarse y protestar acerca de la opresión. Por eso, la poesía incluso florece bajo regímenes opresivos y dictaduras, por esa capacidad de estar al margen de los sistemas de producción.
HC: En algunas sociedades el aspecto ético o el sistema de valores y la poesía están más relacionados, como por ejemplo en la poesía rusa. En cambio, en la poesía estadounidense, que es muy buena, carece de ese sistema de valores. Puede ser leída y colegir cuán bien escrita está pero no cuenta con un sostén ideológico.

En cuanto a la “cocina del procedimiento”, siempre hay un debate sobre la inspiración en la poesía.

MC: Creo fervientemente en la inspiración. Pero, la inspiración toma tantos caminos como cosas pasaron al lado nuestro. Hay algo en nosotros que dirige el impulso lírico, algo que no puede ser enseñado ni aprendido. Los grandes poetas, como los grandes músicos, son canales de un aspecto divinatorio, algo más que productores y consumidores. El gran arte es siempre inspirado. Leer con pasión y confiar en tus entrañas. Y tener mucho cuidado con lo que dictan las modas.


¿Lo que quiere decir que no todo el mundo puede ser poeta?

MC: Del mismo modo que no todos podemos ser músicos y lo digo desde mi experiencia personal.
HC: Es interesante el tema de la música. Tiendo a creer que los poetas son instrumentos entre dos mundos, lo cual a veces causa grandes problemas en sus vidas personales porque desatienden a las personas que les rodean.
MC: Bueno, esa es la etimología de la palabra “inspiración”, como algo que viene de afuera hacia adentro. Este elemento de divinatorio luego requiere grandes cuotas de disciplina y técnica, como un artesano, aunque la poesía, en mi opinión, es un don.
HC: Odio hacer generalizaciones como ésta, pero hay dos tipos de poetas. Aquellos que se debaten entre Eros (como impulso de vida y no sólo energía sexual) y Thánatos (como cese de la escritura). Estos poetas dependen de la inspiración y liberan una permanente batalla entre ambas fuerzas. En cambio, hay otro tipo de poetas que lo llamaría “civiles”, y Latinoamérica es un buen ejemplo de este tipo de poética, que tratan a la poesía como un medio de expresión del descontento político con un fuerte sentido de la injusticia social. No creo que estos poetas dependan de la inspiración. Estas dos corrientes desembocan en, por un lado una poética de expresión lírica, en algún punto, más universal, y por el otro, una poesía social o civil ligada a un momento particular de una sociedad particular.

En otros países del mundo existen universidades para escritores o de escritura creativa, fenómeno que en nuestro país es inexistente, y que lleva a pensar la poesía de manera profesional como la conciencia de la labor como poeta opuesta al sentido privado de cierto tipo de escritura que expresa unívocamente y unidireccionalmente nuestros sentimientos más profundos. Me refiero a la diferencia entre el ser poeta y el escribir alguna materia que se parece formalmente a la poesía, en relación a otro mito , muy frecuente en Argentina, que sostiene que la universidad, especialmente la especialización en literatura, es nociva para el proceso creativo.

HC: Personalmente, me encanta la noción de “poeta amateur”, como en Dr. Shivago. En Europa, la poesía puede ser tomada como una carrera profesional y/o académica, es decir, como una manera de ganarte la vida, donde cada libro publicado es una línea más en el curriculum y una manera de acceder a más subsidios, becas y ayudas económicas; lo cual me parece peligroso, especialmente si pensamos que la poesía viene a nosotros y no nosotros, a ella. Quiero decir, creo en la poesía como un destino, y no como una carrera.
MC: A priori cualquier acceso a la educación me parece bueno, y sólo se llega a escribir a través de la exposición sistemática a buena lectura.
HC: La enseñanza está subestimada mientras que la escritura estás sobreestimada. Escribir es una actividad prestigiosa, un prestigio del cual los docentes universitarios no gozan. De hecho, en Europa, las universidades se convirtieron en un negocio. De allí que la relación docente alumno devenga una relación clientelar donde los docentes no pueden dar lo mejor de sí, y las universidades se tornen lugares anodinos y poco excitantes. Pero, aunque la teoría puede ser muchas veces diabólica, en mi opinión la escritura creativa está alentada por esos dos o tres maestros que uno encuentra en la universidad que lo hacen a uno pensar, y que son las claves de la inspiración.

De toda esta conversación me parece que corremos el riesgo de ver la poesía como un género de algún modo elitista para iluminados.

HC: Creo que la poesía tiene la capacidad de restituir la realidad y el valor dentro de los objetos y la gente, dado que la poesía es la forma más pura de realidad, la quintaesencia de lenguaje y su aspecto más profundo.
MC: Hay un verso que viene a mi mente de un poeta irlandés, O’Shaghnessy, “We are the music makers, and we are the dreamers of dreams, yet we are the movers and shakers of the world forever, it seems” (Somos los hacedores de música/ y los soñadores de sueños/ incluso somos los que movemos y agitamos el mundo/por siempre, parece). ¡Claro que la poesía puede ser popular! La música contemporánea es nuestra forma actual de poesía popular. Bob Dylan, por citar un sólo ejemplo, es un gran poeta. ¿Acaso conoces a un prosista más famoso que Dylan?

Moya Cannon (1956), nació en el condado de Donegal, estudió Historia y Política en University College, Dublín, y en Cambridge. Fue editora de la revista de poesía más prestigiosa de irlanda y tiene dos libros publicados.
Harry Clifton (1952), nació en Dublín, tiene cinco poemarios publicados, es docente de Escritura Creativa en Trinity College y University College en su ciudad.

Estornino (Moya Cannon, traducción de Jorge Fondebrider)



Algunas cosas no pueden ser atrapadas en palabras,
estorninos sobre un río de octubre, por ejemplo:
el modo en que se elevan desde el borde de un tejado en una nube
dirigida por un coreógrafo oculto;
el modo en que suben, se agrupan y descienden,
tirando de alguna arteria desconocida del corazón humano;
el modo en que la nube se rompe y fusiona
las partes inferiores de las alas recogiendo toda la luz
que quedaba en el cielo del crepúsculo;
el modo en que vuelan hacia el tejado de un depósito,
pájaro a pájaro marrón.


La Costurera (Harry Clifton, traducción de Gerardo Gambolini)

Tengo una costurera, que hace una camisa para mí
Bajo este clima caluroso, en los meses que estamos juntos.

Me mide los hombros con cinta, siento en la espalda
El frío de la regla de madera, y me someto

A un contrato temporario que me ata
A lo nuevo y extraño. Juntos nos perdemos

Entre sombras de azul, la fiesta de melancolía
Que un cultivo de gusanos de seda crea. Mientras sastres chinos

De pie aguardan. Para mí es la materia de los sueños,
Para ella una tarea de amor… en su casa sobre pilotes

Donde las mujeres todavía son esclavas, cose
La prenda sin cuello de pura libertad que encargué para

Cuando me vaya, y ella sólo conserve para sí
Seca tiza de modista, y el molde de un cuerpo.

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