martes, 26 de julio de 2016

Taller Mecánico de Máquinas sensibles Cinicxs




Taller Mecánico de Máquinas sensibles
Leo Silvestri

Cínicxs

A mi me gusta dividir esta cuestión de la filosofía en dos grandes grupos: uno platónico-aristotélico, cuya búsqueda está orientada a encontrar la verdad o el conocimiento, etcétera, de donde por desgracia surge o deriva casi todo nuestro pensamiento filosófico que es platónico-dialéctico. Nuestro mundo está organizado de esta manera, piensen por ejemplo en la publicidad, ¿qué ofrece la publicidad? Ofrece un ideal, un ideal al que nunca llega nadie.
Está todo el mundo organizado así, pasa con las taxonomías genéricas, vas a la facultad a estudiar letras, porque te gusta leer y escribir decís qué divertido, voy a estudiar letras, ¿qué es lo primero que te dicen? Que el mundo literario se organiza por géneros, o sea, está todo organizado platónico-aristotélicamente.

La otra gran línea engloba varias escuelas, desde los escépticos, los hedonistas, y también las tres que tienen como principio la felicidad, que son cínicos, estoicos y epicúreos. Estxs tres, algunos son escuelas, otros son grupos, hay algo en especial que los unifica que tiene que ver con cómo construir una existencia feliz.

Una existencia feliz es para cada grupo una cosa diferente, pero básicamente es: poder no ser perturbada por lo externo. Tienen diferentes técnicas para conseguirlo y tienen diferentes ideas de lo que es la perturbación y de lo que es la felicidad, pero a diferencia de los que pasaba con esta otra línea aristotélico-platónica que está interesada en las taxonomías o los ideales y la verdad, estas están interesadas en una construcción práctica.

Nuestra manera de pensar la filosofía en la actualidad es academicista, tiene que ver con conocer toda la suma del conocimiento que existe en el universo acerca de la filosofía hasta este momento, para la filosofía de la antigüedad, y eso vale para todas las escuelas o grupos filosóficos, no se trataba de saber lo que los otros saben, sino de saberse su propia escuela, o su propia manera de pensar la filosofía. Es decir, un cínico no está interesado en qué piensa Platón para rebatirlo o no, y este es un punto vital. No es un dato menor esto que estoy diciendo de no estar preocupada por lo que dice la otra escuela, tiene que ver con la imperturbabilidad, ahora van a ver. Me recuerda a lo que dice Gilles Deleuze acerca de solo estudiar lo que una ama y jamás perder un segundo con lo que una detesta.

Hay un texto que se llama “En medio de Spinoza” que son las clases del filósofo posestructuralista Gilles Deleuze sobre Spinoza, que ahora están publicadas, y ahí van a encontrar que Deleuze en un momento les recomienda a sus alumnos algo que yo también les voy a recomendar a ustedes, que no pierdan ni un segundo criticando aquello que odian, que unx sólo se dedica a lo que ama. Porque ya en lo que ama va a haber críticas, aunque lo importante es hacerle a lo que una ama agregados, addenda, mejoras. Cosas que el filósofo, la filósofa que una amó no pensó, no pudo pensar, no se le ocurrió, o lo que fuere, y no esta cuestión que es propia de la academia. Se encontrarán con becarias y becarios haciendo la tesis sobre un autor que no le gusta o un tema que detesta o algo que les harta. No, no, no. La filosofía de la antigüedad estudia aquello que se ama, por eso, si tuviéramos que pensar a qué se parece en el mundo actual, a la gente que se dedica al yoga, que es una filosofía práctica que se hace con el cuerpo y que se supone que vos no hacés si no te gusta estar así en una posición meditando no vas a hacer una clase de yoga, hacés otra cosa. Bueno, se parece más a eso o a una secta, al candomblé o al culto umbanda que a lo que estudiamos en la universidad. La filosofía de la antigüedad es una cuestión de práctica, práctica de vida, una manera de existir. Básicamente eso, todas las escuelas, Platón y Aristóteles también. No están interesados en lo que otros hacen, están interesados en su propia manera de vivir esa filosofía.

Los cínicos son los más pintorescos de este grupo. En argentina se han popularizado por una tira cómica de Fontanarrosa, que tenía a Diógenes y el linyera. Diógenes es el perrito, una característica de los filósofos cínicos es que son linyeras y adquieren su nombre de cínicos, que deriva de la palabra perro en griego. Por eso el perrito que acompaña al linyera se llama Diógenes… ¿Quién es Diógenes? Hay un montón de cínicos y de hecho hay cínicas, pero Diógenes de Sínope es, la imagen por antonomasia del cinismo. Cuando la gente piensa qué es un cínico, cómo se comporta, está pensando en Diógenes de Sínope, no está pensando en Crates, o en Antístenes, sino en Diógenes de Sínope. Por eso el perrito que acompaña al linyera se llama Diógenes y está con un linyera. Hay un texto hermoso de Osvaldo Baigorria que se llama El Anarquismo Transhumante, un libro precioso sobre los anarquistas linyeras, de linga. La linga era una manera de atar la ropita con un hilito que tenían estos anarquistas italianos. A Fontanarrosa se le ocurre esa idea de hacer del linyera alguien que lo acompaña un perrito, y esa comparación con los cínicos, es porque los cínicos -y esto es algo que comparten con estoicos y epicúreos- tienen esta idea de que hay que deshacerse de las preocupaciones, lo que perturba son las preocupaciones. Dentro de las preocupaciones esta la adquisición de riqueza y bienes, la fama, el éxito, el prestigio, las habladurías sobre una, todas estas cosas perturban el espíritu. La cuestión de tener un espíritu que no sea perturbado tiene que ver con hacer filosofía. Además es menester desposeerse entonces de los bienes. No es una cuestión moral, no tiene que ver con la moral: “tener bienes está mal”, no son cristianuchis, sino que miran que tener bienes, trabajar para adquirir bienes, perturba el espíritu. Si el espíritu está perturbado, está intranquilo, no se puede filosofar, y si no se puede filosofar no se puede ser libre. Básicamente es esa la ecuación. Por ende Diógenes de Sínope vive en un barril en la plaza. Resolvió todo su problema habitacional con un barril, y se acabó.

¿Por qué le dicen perros a los cínicos? Diógenes de Laercio trae la vida de los filósofos cínicos. Los cínicos son desvergonzados cagan, se masturban, duermen, todo lo hacen en público, eructan, no tienen el pudor cultural, porque ese pudor y vergüenza, es cultural. Y la cultura perturba, entonces bueno, por qué estar preocupada. Piensen en la vida cotidiana de una, la cantidad de cosas que una reprime, no sé, como por ejemplo no ir a cagar porque se va a escuchar. Pero es un baño, ¿qué hacen en el baño? El baño es para eso. No tiene sentido. Bueno, eso es lo que están teniendo en mente los cínicos, o sea, la falta de vergüenza, la desvergüenza tiene que ver con algo que comparten las otras escuelas, que es todo lo que tiene que ver con [que] la cultura es una represión adquirida que coarta la libertad. O sea, todos los principios culturales, lo que tienen que ver con los modales. ¿Qué más? Laercio, cuando habla de Diógenes de Sínope, va a decir que como un perro porque los perros pueden reconocer quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos, y no tienen ataduras gregarias apriorísticamente por el parecido genérico con alguien, no es que respetan a los otros perros por ser perros. Entonces pensemos en perros humanos, que son los cínicos. No van a tener respeto por los otros humanos por ser humanos, son los primeros que deconstruyen el humanismo. No les debemos nada a los otros humanos por ser humanos, les debemos en todo caso una suerte de fidelidad, como los perros, por ser amigos, pero no por ser humanos. Que sea humano, no sea humano, da igual. Por eso dice el texto “hay un montón de gente pero no hay humanos”.
Está anécdota de Diógenes de Sínope que en un momento dice que pide “¿dónde están los hombres?” y aparecen unos hombres y dice “dije hombres”, anthropoi, que esa es la palabra, o sea humanos, no hombre, porque hombre, varón, es aner, entonces no está pidiendo un varón, está pidiendo un hombre, un anthropos, que es el ser humano en general, que puede ser tanto una mujer como un varón. Después ese universal ya saben, hizo una yuxtaposición y ahora en realidad humano es varón, heterosexual. Y dice Diógenes de Sínope “dije humanos, no desperdicios” cuando se acercan estas personas.
Cuando pensamos en Diógenes y en todos los cínicos estamos delante de la primera reapropiación de la injuria, vieron este concepto que es bien de la teoría queer y del posestructuralismo. La primera reapropiación de la injuria de la historia, porque perro es un insulto para los griegos, y es el peor insulto, el más fuerte que se le puede decir a una persona en Grecia.

Toman el elemento más potente y filoso que tiene eso; por ejemplo, qué pasa con las mujeres: nos dicen puta, entonces sí, soy puta, ¿con qué me vas a insultar? ¿Cuál problema? Ahí te reapropiaste de lo que el otro te insulta, el otro te interpela con un insulto y vos lo hiciste tu propia identidad, pero no desde el escarnio que el otro propone sino desde un lugar de orgullo, acá estamos en el primer ejemplo de eso.
Los cínicos tienen una característica, con los epicúreos, tienen puntos en común. ¿Cuál es la característica que identifica a los cínicos? No es la búsqueda de la imperturbabilidad, ni la felicidad, ni la desposesión de las preocupaciones, los bienes materiales, el prestigio, la fama, las murmuraciones… ¿Cómo distinguís a un cínico de otro grupo? Tienen un método perruno: te expone a tu hipocresía, a tu mediocridad, a tu miseria humana: te hace sentir una tonta. A eso se dedica un cínico, usan la mordedura pedagógica, muerden como perros, atacan. Entonces esa es la manera que tienen de inquietar. El único registro que tenemos de los cínicos son sus anécdotas de interacción con otras personas donde los cínicos están poniendo en ridículo todo el tiempo a estas personas, están visibilizando lo que otras personas son.
Algunos cínicos escribieron algunos textos parece. No los tenemos, no han quedado, pero sí quedaron las anécdotas de esta capacidad o metodología pedagógica que es la mordedura. Es eso el texto, una compilación de anécdotas. Con los cínicos es más evidente que la metodología también es una puesta en práctica de la filosofía, es una praxis, no es sólo es importante el contenido que hay que retener, sino cómo lo hacen. Algunos de los contenidos cínicos se parecen a los contenidos tanto de estoicos como de epicúreos, como incluso de sofistas. Lo que no se parece es el método, por ejemplo, la anécdota más famosa de Diógenes de Sínope, que ustedes recordarán que además es la que comenta todo el mundo porque fue, una provocación impresionante. Alejandro Magno, dice “pedime lo que quieras” y Diógenes de Sínope le dice que se mueva del sol, que se corra que le tapa el sol, bueno, esa provocación tiene el valor de un aforismo. Un aforismo es como lo que en la kabalah llaman un kohan, encierra mucho significado, no es sólo una provocación. Encierra una enseñanza, para el que la pueda apreciar, obviamente. ¿Cuál es la enseñanza que está ahí? Esta invalidando la intención del otro de darle todo. Alejandro Magno, va y dice “pedime lo que quieras”, o sea un gesto de humildad, se hinca supuestamente hasta éste, que vive en un barril en la calle y le dicen perro, y le quiere mostrar toda su humildad, ¿qué le muestra? Que no es humilde, ¿no ves que le está tapando el sol? O sea, se pone por encima del sol, ¿cómo se te ocurre? Le está mostrando que eso es falsa modestia, no es verdad, esa humildad no es verdad, no es cierta, Alejandro nunca va a ser humilde, siempre va a ser un tirano, siempre va a cometer hybris. Le está tapando el sol, ¿cómo se te ocurre interponerte ante el sol?…Alejandro se cree Dios, literalmente. Finalmente lo canonizan, logra eso.
Diógenes es el más libre de los hombres. Entonces ese es el método de la mordedura pedagógica, que lastima, hiere. Como verán nos encontramos en las antípodas de este método, de hecho Diógenes, hay un principio cínico, que una no le achaca a nadie nada que no se achaque a una misma, es decir, los cínicos no andan, como hacemos todas en la actualidad, reprochando a las demás lo que hacen mal, sino que es el autoexamen primero, siempre es para adentro y después hacia fuera. Pero este método, justamente porque son perros, no es un método que entre ellos no utilicen. De hecho Diógenes de Sínope, fue discípulo de Antístenes, que es de una generación previa, contemporáneo de Platón, y Diógenes de Sínope de Aristóteles, o sea, es la generación siguiente. Y Antístenes no lo quiere de discípulo y le pega con un palo, Diógenes le dice que mientras él crea que Antístenes tiene algo de valor para enseñarle él se va a quedar a recibir los golpes. Los cínicos son Pai Mei, o sea, no hay manera de enseñar esto edulcorado, suavemente y con cariño, y ¿por qué es eso? Eso tiene un motivo, piensen, por qué no se enseña así con esa pedagogía de la bondad… ¿Vos querés que te traten como idiota? No, entonces no querés que te traten como si tuvieras 5 años, estuvieras aprendiendo el alfabeto y tuvieras dificultades cognitivas. Entonces te tratan como lo que sos, básicamente es ese el planteo. Es muy subestimante el “bueno, ya va a entender, pobrecito”, entonces en un punto hay un acto de mucho cariño en esta manera de ser, es un acto de no subestimar a la otra persona.
Hay algo muy subestimador en enseñarle a alguien de esa manera, por eso ellos muerden. Cultivan un tipo de filosofía que se llama la filosofía de la desesperación, ¿qué quiere decir la desesperación o la desesperanza y demás? ¿Conocen el mito de Pandora? En realidad queda como una caja pero es un ánfora, una especie vasija, en algún momento la cambian porque nadie sabe lo que es un ánfora. Todos los males dentro, y ¿qué mal está ahí entre todos los males? Hay un mal que está ahí y que ella logra taparlo antes de que se escape: la esperanza.
La esperanza está entre los males, está en la vasija de los males. Básicamente esto lo pueden encontrar en la Teogonía de Hesíodo. Hesíodo es un poeta del SVII a. C. que escribe una organización de los dioses, de las divinidades, y ahí cuenta el mito. Pandora es un castigo a los hombres. No había mujeres, en realidad no había sexos, básicamente es eso. Bien, no vamos a entrar en detalle, Prometeo que roba fuego, hace una serie de chanchadas feas, o sea un pelotudo a rosca porque querer zarpar a un dios, hay que ser idiota, los dioses lo saben todo, son omnipresentes y omniscientes, entonces hay que ser muy tarado. Ahí descubrimos el germen del patriarcado: hay un chabón que es un pelotudo, nunca falta, es así, hay siempre uno que es un pelotudo, y esto acá tres mil años después sigue pasando. Pero hasta ese momento vivían todos juntos, los anthropoi y los dioses, y los hombres vivían como dioses, estaban todo el día rascándose, nadie trabajaba, estaban lindos alimentándose de ambrosía que es la comida de los dioses, todo bien. Después empiezan a mandarse cagadas y entonces los dioses se cansan y los castigan, ¿cómo los castigan? Mandando una mujer. Sin comentarios de la misoginia de la literatura antigua. Pero la cuestión es que Pandora, que en griego quiere decir muchos regalos, muchos dones, tiene mucha curiosidad y abre esta ánfora donde están todos los males metidos y se sueltan todas las pestes, todas las guerras, todas las enfermedades, por el mundo y ella logra meterle la tapa antes de que se suelte la esperanza. La esperanza no es recibida por los cínicos como algo maravilloso. Tener esperanza, esperar, tener expectativas, es algo súper nocivo. Además es un resto de pensamiento platónico, ya para este momento para los cínicos, porque lo que vos esperas es tu propia expectativa con respecto a un ideal que está regulando lo que es. Lo que es, es. Punto. No podés esperar que sea otra cosa. Siempre la duda es si la esperanza es algo bueno o algo malo. Para los cínicos es una calamidad, porque los principios cínicos lo que proponen es que hay que destruir las ilusiones y las expectativas porque perturba muchísimo tenerlas con respecto a cómo van a ser las cosas. Conviene ir abierta a la sorpresa, a encontrarse con lo que hay. esas ilusiones cristalizan en conformismo, en convenciones, hay que luchar contra eso. De ahí se acuña una frase que pasa a la historia y que llega a la edad media pero que es una frase acuñada cínicamente que es “nec spe, nec metu”. Estas son las dos cosas que no hay que tener, ni esperanza ni miedo, porque el miedo paraliza. Primero hay que pensar miedo a qué. Por ejemplo, miedo a la muerte, ¿para qué? Si la muerte no tiene sentido, es como la nostalgia. Vieron, es tremenda esa frase “todo el tiempo pasado fue mejor”, que no es lo mismo que decir que el futuro es divino, desde ya que no. Pero el pasado no existe más que en el recuerdo, con lo cual no tiene sentido sentir nostalgia por ejemplo. Podría decirse que el miedo responde a ideales platónicos, es regulador porque si vos extraés esa facultad, esa potencia, a un torturador o a un verdugo o a una persona que está todo el tiempo acechándote, o que está todo el tiempo asediando, vos le extraés eso, ¿con qué te ataca? Aunque te esté lastimando, ya no puede herirte. También tiene que ver con la reapropiación de la injuria. Por supuesto son todas lecturas mías. Entonces la desesperanza es una pedagogía que tiene que ver con descubrir toda la superstición alojada alrededor de eso, del miedo y tener expectativas: esperar que dios te ayude, ir a prenderle una vela a san Cayetano para que te de trabajo, etc. La idea de los cínicos es desestabilizar, suponen que hay que hacerlo, como si lo pensáramos de esta manera: la cultura construye una suerte de arquitectura o estructuras arquitectónicas que hay que desestabilizar, mover el piso para que eso se caiga. Cuando eso se cae se encuentra lo que realmente es, lo que realmente vale la pena. Y la idea es esculpir la propia existencia. Por eso no tienen nada los cínicos, porque en realidad está todo en el cuerpo. Este principio de que estamos con todo encima por eso no hace falta tener nada, es un principio también estoico, lo van a encontrar en Cartas a Lucilio de Séneca. Séneca va a decir una frase que es “omnia mea mecum sunt”, que es “todas mis cosas están conmigo”, o sea están adentro del cuerpo, se transportan.
Para desestabilizar lo social ellos utilizan unas estrategias subversivas que son la ironía y el sarcasmo. Y hay algo a que a mí siempre me gusta decir cuando enseño a los cínicos, que es lo siguiente: se habrán dado cuenta que en nuestro mundo por ejemplo decirle a alguien que es un cínico es un insulto y decirle a alguien “es un bufón” es un insulto. Entonces hay que desconfiar cuando se ha popularizado alguno de estos adjetivos, que en realidad tienen una tradición más antigua, para que sean insultos. Hay que ir a ver, usualmente se encuentra que en el mundo donde esto se aplicaba tenían otro valor. Como verán los cínicos tienen un valor insubordinado, insurreccional y subversivo muy alto en el mundo donde habitan. De hecho ellos no se van, como los epicúreos, de la ciudad. Viven dentro de la ciudad porque ellos van a donde está la enfermedad. La idea es que el mundo está enfermo, entonces ellos tienen que estar donde hay más cantidad de enfermos porque tienen la cura. Se creen médicos, así se promueven, como médicos del espíritu. De hecho habrán visto en las anécdotas que Diógenes se compara con un médico y hace chistes al respecto del valor o si le hace caso o no a un médico, por qué no me vas a hacer caso a mí y le hacés caso a un médico, etc.

Entonces los principios que guían el pensamiento cínico son: desarraigo contra la tierra, es decir: ser desapegada con respecto a los principios nacionales, no tener ningún arraigo acerca de la identidad nacional. Diógenes se dice ciudadano del universo, esa es la traducción de cosmopolita, cosmos es universo y también es orden, y polités es ciudadano, de donde sale la palabra “polite” en inglés, que es ser bien educado. Entonces el exilio contra la patria, la mezcla contra la raza, como verán no les interesan los purismos, la inteligencia contra la sangre. La desesperanza a su vez sirve para luchar contra este principio humano que tiende a idealizar, mediante ella lo que podemos es no idealizar. Para eso la utilizan. Y la idea es que una se vuelve sabia o la sabiduría se alcanza, no tanto aceptando el papel como engranaje de la maquinaria social, sino negándose a colaborar. Básicamente lo que hace un cínico es oponer resistencia. ¿Cómo? Se tira al piso, como hacen los gatos que están siempre con la desobediencia civil, vos los querés mover hacen bum, y empezás a empujar y el gato que pesaba cinco kilos ahora pesa quince. Eso hacen los cínicos. Mediante la injuria y demás métodos, hay una negación total a ser condescendiente, compasiva, paciente, etc.
Los cínicos andan solos como los perros, no son seres sociales ni gregarios pese a que viven en sociedad. Son irreverentes, impertinentes, molestos socialmente, se dedican a molestar, bardean todo el tiempo. Por eso, la palabra cínica, cínico, es un adjetivo que se usa con un valor peyorativo y por eso todos estos valores… porque la ecuación es así: el cristianismo tuvo que sacrificarse como contenido para sobrevivir como significante, que es básicamente como expresión. El cristianismo tiene menos poder del que tenía en la edad media, pese a lo que uno crea, la verdad es que el señor Bergoglio tiene mucho menos poder que lo que tenía cualquier obispo medieval, ni hablar del papa, que eran casi como dioses en la tierra, pero lo que sobrevivieron en nuestro mundo son los contenidos, de ser bondadosa, condescendiente, piadosa, compasiva, y lo han hecho como valores que hay que reproducir socialmente. Por eso cae tan mal esta indisciplina social de los cínicos, no se portan bien y utilizan como método de enseñanza la insolencia, les interesa ser insolentes. Esta idea de la impopularidad se llama en griego, si lo quieren rastrear, adoxía. La doxa es algo detestable, hay que alejarse de ella, es la opinión, la episteme es el conocimiento. La culpa de todo la tiene siempre Platón que diga lo que quiera de la episteme, él solo se dedicó a tratar de ser amado por los demás. Entonces la adoxía es la impopularidad, justamente porque lo popular es la opinión, la doxa. No son populares, son un orden menor o un devenir minoritario los cínicos, porque son inaguantables. Hay una frase que trae Onfray a colación que es propia de los cínicos, que es “hacer de la filosofía un antídoto contra la perpetua arrogancia de los mediocres”. Para eso hay que estar todo el tiempo ladrándoles, para que se alejen, para que se vayan. Alejar a las personas, sacárselas de encima. Quien resista el ladrido, lo que le pasó a Diógenes con Antístenes, el que se aguante eso es realmente un buen discípulo. Es como Pai Mei, ¿quién se queda? La única que se queda es Beatrix Kiddo, todas las otras se enojan. Esta es la única que entiende lo que el otro le está enseñando con su método tremendo pero entiende lo que le está enseñando. Esa es la idea de la adoxía, de la impopularidad cínica, se relaciona con la máxima de “vivir oculto” de los epicúreos. Epicuro dijo en un momento “vive oculto”. Por supuesto la cuestión del anonimato, retirarse de la ciudad, no participar en los asuntos cívicos, etc, pero también esta cuestión del devenir minoritario. La gente que va a desestabilizar el orden, van a decir cosas que no van a ser bien recibidas. Es claro, ven que esto tiene todavía una vigencia inusitada. Bien recibido es pensar lo que pensamos todas. Si vos pensás cosas que no piensan todos y encima lo decís burlándote.

Una última cuestión es esta idea del contenido y la forma. En realidad, para que veamos lo diferente que es nuestro propio método de enseñanza y lo difícil que sería en la actualidad tener un método de estas características, no sería imposible pero es complicado, porque para apreciarlos cabalmente a los cínicos hay que apreciarlos no solamente en su contenido, que lo tienen, sino en su forma. Y eso va para todas las filosofías, como les había anticipado, no es tanto el qué sino el cómo. Vos querés llegar a esa ataraxía como Epicuro, esa imperturbabilidad. Bueno, no se llega solamente entendiendo ataraxía, sino que tiene un cómo, hay unas prácticas que te llevan a eso, que tienen que ver con el vivir oculto, te tenés que ir, no quedarte a parar los golpes con la cara, a escuchar todas las pavadas que dice todo el mundo de una, no va a pasar, hay un momento donde chau, me fui, besito, nos vimos. No solamente el qué sino el cómo, y viceversa, pero sobre todo el cómo, es súper importante para estas filosofías.

Ahora sí vamos un cachito a nuestro querido Diógenes y sus máximas que podemos relacionar con nuestro gran filósofo cínico casi contemporáneo, que todavía pertenece a nuestra era, que es Nietzsche es nuestro gran cínico, porque le interesa transmutar los valores, Genealogía de la Moral, hay unos ciertos valores, la moral, acerca de cómo son las cosas, eso es histórico, es contingente, y entonces es transmutar esos valores mediante una personalidad agresiva, escandalosa, y se enfrenta solitariamente a la sociedad. La imagen, el semblante de un cínico contemporáneo en filosofía es Nietzsche. Por eso esa idea del ascetismo hacia lo animal, por lo solitario, ¿no? Y la negación del refinamiento, de lo gregario, de lo social. Los cínicos son terroristas, y como los terroristas, tienen tan mala prensa, por eso cínico es un insulto, porque en realidad delante de un cínico lo que hay es un terrorista, un cínico actual o de la antigüedad. Hay escuelas filosóficas, hay grupos filosóficos, bueno, más que una escuela esto se trata de una forma de vida, una actitud vital, una manera de vivir más que un grupo que se junta en torno a un programa o unos lineamientos. Es una manera de vivir que tiene que ver con la falta de respeto o la desvergüenza, en griego aidos es el respeto, la vergüenza, y no tienen eso.
Un debate que no es propiamente cínico pero que los cínicos llevan hasta el extremo, que es el debate entre la naturaleza y la cultura, que en griego es mucho más extenso y más difícil de traducir. Es el debate entre physis y nomos, physis siendo la naturaleza y nomos siendo las normas, las leyes, lo escrito, las reglas, y la physis es todo lo que no es la cultura. No sería exactamente nuestra apreciación de lo natural. Yo detesto lo natural, esa cosa así esencialista de lo natural.
Esta physis de la que están hablando ellos, un debate que está en todos lados, está en la filosofía, está en la literatura. Van y leen Antígona y trae este debate, Sófocles siglo V, Antígona representa las leyes no escritas, las leyes divinas, es decir la physis si se quiere, lo que siempre estuvo, lo que tiene que ver con que el cielo está arriba, la tierra está abajo, no están creadas por los seres humanos, eso es lo que ella está defendiendo, ese orden. Entonces quizás physis sirva, es un debate que está en todo el mundo de la antigüedad, hay que pensarlo como cultura/no cultura, civilización/no civilización, no pensarlo desde lo orgánico biológico sino pensarlo desde lo que no es cultural, ellos están teniendo un devenir animal, y saben que no son perros, no es que caminan en cuatro patas y ladran, hacen cosas humanas que es morderte como humano, te dicen algo feo, vos te acercás y te dicen una maldad. Y desde una cierta desfachatez o indiferencia, es decir anaideia, que es la desvergüenza, no tener respeto, son iconoclastas. Cuando se acerca Alejandro solo por ser él le debería respeto, y él le dijo correte que me tapás el sol, y por eso esta actitud agresiva y defensiva contra la sociedad. Si quieren mi opinión la gran inventiva cínica es sin perder la alegría, porque en realidad lo que ellos logran no es que se cargan y se llenan de bronca. Como el mundo les da bronca le devuelven eso, se les ríen. Si quieren rastrear otro mucho más contemporáneo que Nietzsche, las Aguafuertes Porteñas de Arlt. Arlt no tenía amigos, no pertenecía al grupo Florida, no pertenecía al grupo Boedo, no era un surrealista, no era anarco, no era comunista, no era nada, odiaba a todos, se dedicaba a odiar, y escribía estos textos en los que él entregaba al mundo una imagen no reconciliada de lo que el mundo quería ver. No era simplemente populachero porque escribía tipos populares de lo que veía en Buenos Aires. Le entregaba a la gente lo que la gente no quería ver de sí misma y lo que él veía. No es simplemente cargarse de la mala onda o la mierda de un mundo que es repelente, sino vomitárselo encima mientras te reís, básicamente eso hace un cínico, porque si no sería básicamente pasarla mal. Otro cínico, Cioran no tan alegre, pero es armenio, les estaba yendo muy mal, los armenios viste son gente muy sufrida, una no sabe nada de eso, acá tengo una frase “la esperanza es una actitud de esclavo” dice Cioran, hay que ver de encontrar la alegría si sos armenio, una porque no sabe nada de todo lo que han pasado, porque se lo llevó todo la Shoah. Sí hay un pueblo sufrido es el pueblo armenio, cuando salieron de una pasaron a la otra y así sucesivamente, si los hicieron mierda los turcos los hizo mierda Stalin. Siempre está alguien haciéndolos mierda. Es una frase que cita Onfray a propósito de los cínicos, Cioran es un cínico. Céline es un cínico, Ferdinand Céline. Les va muy mal a los cínicos, si están haciendo una proyección de carrera traten de no ser cínicas porque les va para el orto, literalmente, te llevan presa como le pasó a Céline. Te va mal, te quedás sin casa, tenés que emigrar, te persigue un Estado. Los cínicos no son la Coca Cola ni Britney Spears. lo bueno del cinismo es que no te importa, por qué querrías ser aceptada por esa gente tan vulgar y horrenda. En realidad es un poco que si vivís a contrapelo te va a pasar eso, si estás permanentemente denunciando el pacto cívico que permite a las personas convivir alegremente sin estar preocupándose, que les permite vivir en esa nube de pedos, si estás todo el tiempo denunciando eso te va a ir muy mal. Por eso la idea es vagar por un sendero individual, y ser indiferente al honor, al dinero, al civismo, al reconocimiento… hay un aforismo de Nietzsche, lo voy a citar mal, no me acuerdo bien cómo es, pero que dice que hay más intromisión en el halago que en el escarnio. Entonces el halago es tremendamente entrometido.
Entonces el problema, si tenés como hábito pedagógico andar escupiéndole la cara a la sociedad lo que la sociedad es, y estás todo el tiempo arrojándole una imagen, los cínicos son un espejo que le devuelve al mundo una imagen no reconciliada de lo que el mundo es, le muestra al mundo lo que el mundo es de la manera más fea, como si el mundo se mira en un espejo que distorsiona y los hace ver bellos, y viene el cínico y le muestra lo que es, su asquerosidad. Es obvio que eso no puede ser si no en un devenir minoritario, justamente porque no te van a querer. Detestan la cuestión de la hipocresía, de quedar bien, esta cosa acomodaticia, de adaptarte…
Es un método muy interesante porque los cínicos aparecen, como aparecen todos estos grupos, en el tramo final, la crisis definitiva de la polis como comunidad libre. En el momento donde nos enfrentamos a que los valores de la polis son un bolazo total y que nada de eso pasa y que en realidad tenemos un tirano de nuevo. Ahí es donde ellos aparecen, y frente a eso vos podes tener la actitud de amargarte totalmente, podes tener la actitud de conformarte, es lo que hay, no se puede hacer nada más, o podes tener la actitud de qué maldición, qué horrendo, y sufrir. Bueno, los cínicos proponen una línea de fuga con respecto a eso, o sea, hay que burlarse, para desestabilizar, no hay que dejar que eso que está ocurriendo me entristezca, esa crisis, nosotras estamos en un momento así, si lo pensamos la política actual contemporánea, no solo a nivel mundial sino a nivel local, es esto, lo que está pasando en este momento: la fetichización y la reducción de la participación política ciudadana a la fetichización del voto por el otro, y después lo que tenemos, me atrevo a decir, en los últimos treinta años de existencia política.
Finalmente, lo que es importante de lo cínicos en esta renuncia, es esta disposición vital, de poder conseguir un diálogo con el sí mismo, que eso se llama homilei, que es poder tener un diálogo, una introspección, poder dialogar con una misma. Todas estas técnicas de la existencia sirven principalmente para poner en tela de juicio la propia vida, por eso les decía, no es tanto estar mirando a los otros sino poner en tela de juicio la propia vida y exponer la propia vida de una manera escandalosamente espectacular, proponerla como una posibilidad. Y aquí hay una idea que podemos conectar con nuestras ideas contemporáneas que es la idea de la renuncia o el dejarse caer, que insisto, no tiene que ver con la mortificación ni con los principios morales, ni con los votos de pobreza ni la falta de deseo, sino con desprenderse de todo aquello que pueda perturbar el espíritu.

 ¿Cuál es la diferencia entre un protocolo, una regla, un principio y la moral? La moral responde a una norma externa, a algo que se impone o que se transmite y una regla también. La moral la asocio con algo más impuesto externamente, la moral no tiene que ver con vos sino con algo que alguien dijo que hay que seguir para todxs, y una regla tal vez sí puede tener que ver con vos, no se regla en qué sentido igual… Por ejemplo, una regla es esta: “vive oculto”, ahí Epicuro dice “vive oculto”. La diferencia, si yo te digo vive oculto no se lo estoy diciendo a todo el mundo, se lo estoy diciendo a un grupo de personas, es un devenir minoritario, la diferencia con la moral es que es para todas, todes, todos, todis, todas. (…) no es para todo el mundo. Hay reglas, vos ves a los cínicos y dicen bueno, esto es una regla, si yo te digo que hay una fórmula, desarraigo contra el territorio, exilio contra la patria, mezcla contra la raza, inteligencia contra la sangre, ahí hay unos principios de lo que hay que hacer, te digo mordedura pedagógica, te digo que la mordedura pedagógica depende de la injuria, el sarcasmo y la ironía, te estoy diciendo qué es. Pero no estoy suponiendo que esto va a hacer todo el mundo, que todo el mundo lo va a seguir. De hecho son principios en algún punto tan difíciles de seguir, no por la dificultad de los principios, porque son más bien sencillos, vos te dejás caer, básicamente es al revés, lo único que hacés es te dejás caer, porque en ese dejarse caer no es simplemente que te desprendés y soltás, te desapegás. También empezás a oponer resistencia, como hacen los gatos, por eso decía lo del gato, baja el centro de gravedad y pasó a pesar 15 kilos el gatito que pesaba 5. Peso muerto, total. Entonces esos principios que son más bien fáciles porque tienen que ver con eso no son universales ni son totalizadores, no los van a poder hacer todo el mundo, y esta gente lo sabe, sabe que es un devenir minoritario, sabe que lo que va a generar es adoxía, sabe que no va a ser querido, sabe que le van a pegar con un palo. Se las devuelven después, vieron que Diógenes hay una anécdota donde le pegan y el después va y les pega, mucho más divertido el mundo griego, ahora nos denunciamos por Facebook. Una regla sea incluso hasta más flexible que una moral, bah, esa es la sensación que me está dando. Habría que ver qué elemento usamos para medir la flexibilidad. Lo que no va a aplicar a todo el mundo, o sí puede ser que, por ejemplo las reglas de las artes marciales, donde vos generalmente hacés una adaptación, depende del cuerpo, pero hay un presupuesto. Por ejemplo en jiu jitsu, la fuga de cadera o el triángulo o tal o cual cosa se hace así, y viene y te lo muestra, y cuando después vos tenés un cuerpo de determinadas características, se adapta. Por ejemplo hay una guardia, un gancho, que se llama de la Riva, una manera de hacer un lazo con la pierna. Bueno, si tenés la pierna muy corta o hipertrofiada o muy musculada no sale, excepto que vos pongas muy girada la cadera. La regla sigue siendo la misma pero hay una adaptación. Quizá los principios morales no lo permitirían. Hay una serie de lineamientos. Siempre hay una suerte de reglas. Siempre hay una suerte de principio, el tema es, ¿cómo ese principio tal vez no reterritorializa una moral? La respuesta tal vez pueda ser ésta, que tiene que ver con la singularidad y con ya saber de antemano que esa regla no se presenta homogénea para todos los cuerpos existentes, justamente porque los cínicos saben que no todo el mundo va a aguantar esa vida, no es una vida para todo el mundo, porque hay mucha gente que está muy tranquila en ese conformismo, ya sea aceptando las cosas tal cual son y no intentar ningún tipo de modificación, que es una enfermedad, o en la esperanza de que cambien, que es una tristeza, es una pasión triste la esperanza, para Spinoza también es una pasión triste, la esperanza de que cambien, esperando que el mañana sea mejor. Entonces frente a eso podríamos pensar un punto de inflexión tiene que ver con esto, efectivamente hay una suerte de sugerencia, que si vos querés lograr la libertad, cómo ser imperturbable. Hay unas sugerencias, una cierta confianza en la incertidumbre, un dejarse caer, no preocuparte tanto por el futuro, no estar preocupada ni estar escuchando qué dicen las demás, no tener fama, no tener prestigio, no tener bienes, pero no como reglas morales de “tener bienes está mal”, de hecho lo dicen por todos lados, si a los cínicos los invitás a un banquete, van.  

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